lunes, 28 de marzo de 2011

La gente es bella cuando quiere.


Eres bello porque quiero.


No te vayas.


Ven.


Vete.


Soy bella cuando quiero: "Eres bella porque quieres".

El naufragio.

Todo estaba destinado a hundirse y aún así, ver el mástil entrar al agua es una sensación profunda y triste.

El uso adecuado del lenguaje en este momento quizá sea lo más difícil. Preposiciones se confunden; verbos, sustantivos y adjetivos son la misma cosa. Se hunde, se hunde el barco.

Todos los que estuvimos a bordo hicimos lo imposible. Supimos, cuando tuvimos que dejar caer los botes salvavidas, que todo estaba perdido. Ninguno logró montarse y escapar de la tormenta que nos venía encima.

Más que una tormenta agresiva fue una lluvia perenne. Hubo días soleados y hermosos. Hubo juegos en la orilla del mar, noches estrelladas con cielos despejados. Persistía la lluvia.

Todos a bordo aprendimos a usar el impermeable y seguir con nuestras tareas, fue como si la lluvia se nos hubiera olvidado. Dejamos de prestarle atención hasta que nos dimos cuenta de que la madera absorbió más de lo que debía, se humedeció y se volvió débil. Y entonces llegó el momento, ya los arreglos y remaches dejaron de ocultar los daños en cubierta. Ya nadie quiso poner un clavo más.

Empezó a hundirse el barco... y tristemente lo vimos irse.