sábado, 23 de octubre de 2010

Hoy es así.

Creo que es normal. Sentirse feliz todo el tiempo quizá no es un estado fácil de mantener, aunque me gustaría saber hacerlo.
Hay días, hay noches, hay nubes grises, hay vinos que simplemente conducen a las lágrimas y a la ansiedad.
Hay amistades que se van y seres cercanos tan cercanos que es casi imposible poder estar bien cuando ellos están mal.
Sería bueno poder sonreír todo el tiempo, seguir bailando sin pensar en más nada, pero es que simplemente hay días que no están dados para eso.
La alegría llegará de nuevo, quizás esta noche, quizás mañana, pero llegará y yo habré aprendido un poquito más. Mientras tanto, me entregaré a la cama de sábanas blancas por un rato más hasta que se vacíe el lago de sentimientos revueltos y que tras la lluvia, vuelva a llenarse de estabilidad, alegría e inspiración positiva.

martes, 19 de octubre de 2010

Sospechosos habituales.

Me aburre la gente común. Si existe tanta música en el mundo, ¿Por qué escuchar siempre lo mismo? La gente común sólo sabe de reggaetón, pachanga y balada pop, y es la música que siempre acompaña sus fiestas, reuniones, bautizos, comidas con los abuelos y fiestas infantiles.
Hay tantas tendencias en la moda... ¿Por qué usar todos lo mismo? Atrévanse a ver qué les queda bien y a darle a su vestuario un toque de humor, color y movimiento.
Hay más que hacer que beber alcohol todos los fines de semana e irse a bailar a la discoteca que esté de moda. Hay teatro, cine, salidas de la ciudad, descanso. Hay más que centros comerciales, y aunque esta ciudad, Caracas, ofrezca poco, si se pierde el miedo a lo convencional, pueden hacerse cosas interesantes.
Habrá quien diga que soy una 'intensa' por el hecho de querer escapar de lo común, y aunque para mí ese no es la definición de 'intensidad', si consideran que esa es mi etiqueta, pues será mi etiqueta (para ellos). De igual manera, esos que me denominan así son seres queridos, seres no comunes que no me aburren.
Oh... la gente común, ¡qué aburrida la gente común!

jueves, 14 de octubre de 2010

Un recuerdo.

Y de repente recordé una anécdota...
Fue hace un poco más de un año en París, estaba con mis compañeros de viaje en el súper mercado donde siempre desayunábamos, almorzábamos y cenábamos (por cuestiones de economía... si no comíamos ahí, nos llevábamos la viandita del día). Estaba terminando mi almuerzo y veo que viene un señor que parecía bastante entrado en la década de los 40, yo diría que ya casi con 50, muy bien vestido, como si hubiera salido de la oficina a comer, al ver que él venía con su comida recién calentada, yo decidí que era momento de ceder mi silla y me dice en un inglés afrancesado algo como -"big legs!" - acompañado de un gesto con sus dos manos como para medir el tamaño de lo que veían sus ojos, y yo en esos días, con 10 kg de más encima, no pude sentir más que un complejo inmenso por mis piernas grandes y gordas... y lo vi con cara de "te odio" y me dice de nuevo con su inglés afrancesado... -"you... you... work out?" - y esta vez el gesto fue como simulando que hacía ejercicios en un Orbitrek; y yo sólo seguía con un signo de interrogación inmenso en mi frente y la últma aclaratoria que supo hacer fue -"you know, because you are beautiful".
Este episodio raro, incómodo, gracioso, frente a mis amigos nos sirvió de frase para la posteridad. Durante el viaje nos hizo reír y aún hoy lo recordamos de vez en cuando. Como muchas otras frases más que podrían tener su historia en algún post más adelante, algunas son :

- "Where is that black-mother-fucking diamond?".
- "Me cago en el Parlamento!".
- "Natural gas, from the earth".
- "The dark side of Peter Pan".


Entre otros...

lunes, 4 de octubre de 2010

Mi propio sistema de creencias.


Estas son las cosas en las que creo:


  • Creo en algo más allá de lo que pueda ver, algunos lo llaman Dios, yo no le tengo nombre.
  • Creo en la utopía de un mundo feliz.
  • Creo en la ecología aunque no soy la más "verde" del planeta. Pero creo en la labor de los que cuidan el ambiente. Yo contribuyo con no usar muchas bolsas plásticas, con no arrojar basura por ahí, con no matar animales ni cortar plantas deliberadamente.
  • Creo en el amor.
  • Creo en el karma.
  • Creo en una consciencia después de la muerte.
  • Creo en el fin del mundo, así como creo en su inicio, expansión, crisis y decadencia.
  • Creo en una vida mejor de la que tengo hoy a las 11:11 de la noche (realmente vi el reloj y esa era la hora al escribir esto).
  • Creo que el problema no es el Blackberry, el problema es la cultura venezolana.
  • Creo que tengo una vida feliz, equilibrada, plena y en proyección.
  • Creo en la cultivación del intelecto y en el aprendizaje continuo a través del tiempo.
  • Creo en los vegetarianos.
  • Creo en todo aquello que quiera creer porque creo que creer es mejor que no creer.
  • Creo en mí misma (la mayoría del tiempo).

Estas son las cosas en las que no creo:

  • No creo en la mayoría de las religiones.
  • No creo que el dinero pueda comprar la felicidad (a pesar de que ayude un poquito, no es determinante).
  • No creo en que pueda hacerme "salva" y ganarme el reino de los cielos por el hecho de ser cristiana.
  • No creo en muchísima gente: los políticos (principalmente), las autoridades de la iglesia, la gente en la calle.
  • No creo en la dieta de los puntos.
  • No creo que las armas hagan ni una mediana pizca de bien en el mundo.
  • No creo que pueda ser vegetariana.
  • No creo que pueda dejar de creer cosas.

domingo, 3 de octubre de 2010

Una imagen de país.



Esta es la imagen de país que se maneja por estas latitudes:

Si quieres, puedes pararte en medio de la calle y detener el tráfico, y una vez que le dices al que te toca corneta que te pase por encima si está tan apurado en un lenguaje no articulado sino gesticulado, tu copiloto puede bajarse y apuntarlo con una pistola para que deje de ser tan impaciente. Así te sigues tardando todo lo que te de la gana en entrar a donde quieres entrar. Es sencillo, sólo tienes que ser venezolano y complacerte con cuanta injusticia, acto violento y desorden surja a diario.

¿Quién dijo que este no era un país libre?

¡Oh, Venezuela! vengan extranjeros a disfrutar de la alegría del venezolano, vengan a disfrutar de los precios bajos, de la estabilidad política, de la cerveza Polar, de las temperaturas altas que parecen haber subido casualmente duante los últimos 10 años, de las playas pero sólo durante la luz del día. Vengan todos a vivir en el país que prometió hace unos 50 años ser la tierra del progreso y la felicidad, vengan y encuéntrense con la realidad, a ver si les gusta.

Venezuela, el país de la impotencia, de la desilusión, de los talentos en fuga. Venezuela, el país de las armas y la intolerancia.