Cuando me fui no traje mi equipaje conmigo, en vez de eso lo dejé entre sus cosas y escribí una carta a bolígrafo sobre todas mis prendas de vestir.
De regreso a Caracas sólo llevaba un par de camisas blancas y un pantalón azul, nada más, nada menos... el resto se quedó allá lejos bañado en tinta, lleno de tachones y palabras salidas frescas del corazón.
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