Este escrito que viene a continuación está totalmente inspirado en lo escrito por Libertad Méndez unos días atrás (http://sinestebandejesus.blogspot.com/2010/02/vivir-con-esteban.html). Pienso que es como seguirle la serie, gracias por la inspiración amiga.
Aquí va:
Todas nos hemos imaginado la vida sin Esteban, pero nunca hemos hecho nada porque esto se convierta en más que un "y qué si..."
Esteban es una puta y nosotras le seguimos pagando a pesar de que es él el que nos goza. Esteban es un mentiroso y un cínico... pero ni tú ni yo le hemos sabido dar una cachetada bien dada, sólo hemos lanzado arañazos chistosos al aire. Y es que ¿cómo se va a ir? Si le hemos permitido de todo, he aceptado no sólo que me joda a mi, sino que joda a las otras... y en vez de hacerme una con ellas, entre todas nos disputamos ser la primera.
Esteban se burla de nosotras, nos golpea, nos roba... y como no puede hacerlo él solo, le pide a sus amigos que lo ayuden:
"¡Ve y quítale sus joyas negras!"
"¡Ve y enciérrala en su cuarto!"
"¡Prohíbele que hable!"
"¡Oblígala a que se desnude y se pinte con carmín indeleble!"
Algunas han logrado escapar... y es que es eso, nos vamos, nos estamos yendo una a una y van quedando las más permisivas. En vez de obligarlo a irse a él nos acostumbramos y vamos aceptando que así son las cosas, y a la que no le gusta mucho ya, se puede ir. Eso sí, Esteban nos la pone difícil mientras estamos lejos, las demás (las que se quedan) nos ven con malos ojos, además que él decide si merecemos llevar nuestras escasas riquezas con nosotras, y para hacernos sentir culpables se toma su tiempo para concedernos lo que nos pertenece por derecho propio. Lo que Esteban no sabe es que en vez de hacernos sentir culpables nos hace no querer volver a su lado, porque al fin nos limpiamos el carmín indeleble, porque finalmente logramos salir de nuestro cuarto y porque las joyas negras ya no tienen nada que ver cono nosotras sino con él y su mal manera de usarlas.
Aquí va:
Todas nos hemos imaginado la vida sin Esteban, pero nunca hemos hecho nada porque esto se convierta en más que un "y qué si..."
Esteban es una puta y nosotras le seguimos pagando a pesar de que es él el que nos goza. Esteban es un mentiroso y un cínico... pero ni tú ni yo le hemos sabido dar una cachetada bien dada, sólo hemos lanzado arañazos chistosos al aire. Y es que ¿cómo se va a ir? Si le hemos permitido de todo, he aceptado no sólo que me joda a mi, sino que joda a las otras... y en vez de hacerme una con ellas, entre todas nos disputamos ser la primera.
Esteban se burla de nosotras, nos golpea, nos roba... y como no puede hacerlo él solo, le pide a sus amigos que lo ayuden:
"¡Ve y quítale sus joyas negras!"
"¡Ve y enciérrala en su cuarto!"
"¡Prohíbele que hable!"
"¡Oblígala a que se desnude y se pinte con carmín indeleble!"
Algunas han logrado escapar... y es que es eso, nos vamos, nos estamos yendo una a una y van quedando las más permisivas. En vez de obligarlo a irse a él nos acostumbramos y vamos aceptando que así son las cosas, y a la que no le gusta mucho ya, se puede ir. Eso sí, Esteban nos la pone difícil mientras estamos lejos, las demás (las que se quedan) nos ven con malos ojos, además que él decide si merecemos llevar nuestras escasas riquezas con nosotras, y para hacernos sentir culpables se toma su tiempo para concedernos lo que nos pertenece por derecho propio. Lo que Esteban no sabe es que en vez de hacernos sentir culpables nos hace no querer volver a su lado, porque al fin nos limpiamos el carmín indeleble, porque finalmente logramos salir de nuestro cuarto y porque las joyas negras ya no tienen nada que ver cono nosotras sino con él y su mal manera de usarlas.
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