lunes, 19 de abril de 2010

Un robo sin mano armada.

Me canso... me canso de esto. El círculo enfermizo del odio me atrapó, ¿por qué tienen que arrebatarme de las manos lo que no les pertenece?

Es cotidiano ya, si no es a mí es a mi amigo, si no es a mi amigo es al amigo de él, si no, somos todos juntos. Vivimos en una ciudad controlada por la rabia, por la envida y por el poco impulso para trabajar. Prefieren salir a robar que salir a buscar un trabajo, prefieren atemorizar y hasta matar... todo eso antes de buscar otras maneras de conseguir dinero y subsistir. Es que ya no se trata de eso, no se trata de robar para comer, se trata de robar o matar para mostrar su odio por la parte de la sociedad que les es ajena. Esto se convierte un proceso, en el que el odio ya no viene sólo de su parte sino del otro lado.

Si en este momento pudiera decidir qué hacer con ellos diría que deberían ponerlos a todos en fila, uno al lado del otro y que se contabilice cuántos kilómetros pueden hacerse con ellos, y que sean kilómetros de cachetones con la mano cerrada, que cada uno de los que ha sido robado, maltratado, secuestrado... y los familiares de los asesinados, pudieran darle su mejor golpe con la mano cerrada en la cara, así en el cachete y que se les descuadre la mandíbula de tanto golpe. Eso no podría equiparar todo el daño que han hecho pero por lo menos podría darle la satisfacción a unos cuantos de poder parárseles en frente y sin un arma arrebatarle un pedazo de su integridad. Después, esos kilómetros de malandros deberían ir a una celda mínima donde tengan que concentrarse todos sin capacidad siquiera para sentarse, y obligarlos a reflexionar por qué se ven en esa situación, que se soben las caras y entiendan por qué hay tanto odio.

Situación utópica, por demás.

¿Y por qué pienso en términos de violencia? porque estoy infinitamente molesta y me siento absolutamente impotente y no me queda más que mi imaginación. En estos momentos no tengo pensamientos alegres ni pacíficos como: vamos a buscar a un psicólogo que los ayude a comprender que forman parte de una sociedad, y que como miembros de ella deben contribuir de manera positiva a su desenvolvimento armonioso y su desarrollo económico. Qué va, eso no es lo que se me ocurre.

Y aquí vemos en qué consiste este gran problema que afronta el país: todos estamos violentos, todos nos odiamos y estamos atrapados en un círculo vicioso, en el que si nadie aporta soluciones jamás podremos salir de dar la misma vuelta.

De todo esto las ganas que me quedan de quedarme aquí son escasas, sólo quiero agarrar mis maletas e irme a un lugar donde no tema salir a la calle, quiero irme antes de que las estadísticas me vuelvan a atrapar. Hasta ahora he tenido suerte, no me han hecho nada. Esa es la nueva frase "pero por lo menos no te pasó nada". La resignación a la triste y violenta realidad.

2 comentarios:

DG dijo...

Muy bueno tu comentario, como siempre...
¿Paradójico que te pase esto el 19 de Abril de 2010? - Bicentenario de la Independencia. - Por supuesto que no, sabemos que la inseguridad en Venezuela no tiene horario, ni fecha en el calendario (como dice la canción), ni zonas, ni formas, ni ningún patrón previsible.

Conchale, 200 años ya de independencia. Pasamos a ser independientes de España, pero pareciera que también lo somos de la seguridad, el bienestar, la tranquilidad, por decir algunas...

¿Feliz Bicentenario?

Grisbel dijo...

Así es estamos agotados de vivir en incertidumbre, y salir de casa todos los días sin saber si vas a regresar, o llegar siempre de mal humor porque cuando no es la inseguridad, es el tráfico o el grave estado de las calles, todo es un caos, y lo peor ya nos estamos acostumbrando....