jueves, 23 de junio de 2011

San Corpus Juan Christi


Algunos dicen que cada 50, otros que cada 100... yo me creo el cuento de que es cada 90. Cospus Christi y San Juan coincidieron este año y a Naiguatá me fui a ver cómo lo celebraron.

Después de comerme la arepa de reina pepiada menos reina pepiada del mundo (estaba buenísima pero eso era ensalada de gallina, no reina), llegué a Naiguatá en compañía del grupo de Fotografía antropológica de la ONG. Entramos en una casa en la que fuimos bienvenidos e invitados a subir para ver algo de la ropa y máscaras para la fiesta que se celebraría en unas horas.

Comenzamos a subir por el pueblo, donde en cada abasto o kiosco donde preguntábamos por agua, nos decían que solo tenían cerveza. Conversamos con la gente, visitamos la casa donde tenían el altar de San Juan, y la gente, confusa, nos decía que no sabían muy bien cómo harían al momento de celebrar, porque había diablos que también eran sanjuaneros (que tocan los tambores), así que ahí, en la planificación no planificada irían viendo.

El sol picaba, la humedad sofocaba, pero la cerveza aliviaba. Vimos el primer diablo a las nueve de la mañana, un niño emocionado con el vestuario ya puesto y sus campanas colgando de la cadera - Es interesante saber que estos diablos son los únicos que no solo hacen sus máscaras sino que pintan con diseños muy coloridos la ropa que usan para la fiesta, también llevan colgadas campanas en sus caderas que suenan al unísono de sus zapateados sobre el asfalto al rededor de la Plaza Bolívar.

Tomamos fotos, seguimos conversando. Sonó el toque del Cajero y todos bajaron corriendo desde la parte más alta del pueblo a unirse a la fiesta.

Explosión de color, baile, movimiento. Los diablos comenzaron a hacer sus promesas, a moverse arrodillados en sentido a la iglesia - que guardaba sus puertas cerradas, los diablos no entran a la iglesia sino antes, sin las máscaras y sin las ropas coloridas, a recibir la misa.

De repente la confusión: ¿Cómo será el asunto con San Juan? Vimos los tambores pero no sabíamos cómo sería. Entonces se detiene por un momento el acto de los diablos y comienza el repique de los tambores de San Juan. Tun tun tun tun... late el corazón fuerte al ritmo de la percusión. Todos bailan y alzan pañuelos rojos al aire. Son 15 minutos de "BUEN DÍA... SAN JUAN"... las máscaras se levantan y se ven al voltear la mirada. Estuvimos en medio de ambos, tambores y máscaras.

Volvimos al Corpus Christi...

Una chica fue poseída por el diablo antes de pagar su promesa. Lloraba, gritaba. Debieron llamar al Diablo mayor para ayudarla, le leían estampitas con oraciones, le echaron agua bendita y la sacaron del trance en el que había entrado.

Se nos hizo repetitivo y nos fuimos antes de que el sol nos calcinara las neuronas, pero no sin antes comernos un helado de mantecado con un oculto sabor a coco y sirope de dulce de leche - por 5 bolívares - que nos endulzó la partida.

De regreso a Caracas disfrutamos de conversaciones amigables, una caminata por la Avenida Victoria, un shawarma mixto y... de postrecito unos frutos secos comprados en bolsitas por gramo, nos disfrutamos un pedacito de ciudad antes de irnos a descansar.

Buen día este.

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