Mi corazón se ha perdido.
Era negro y brillaba.
Era grande y pesado.
Lo llevaba orgullosamente colgado en mi pecho.
Tenía un corazón y ya no lo tengo,
¿Quién se lo ha llevado? ¿Por qué lo he perdido?
Aprendí a quitármelo en las noches antes de dormir y a no llevarlo a todas partes.
Mi corazón grande y macizo era independiente de mi. Y yo.. ¡y yo que lo he perdido!
Alguien más lo tendrá ahora.
Seguramente lo encontró y lo tomó entre sus manos y no entiende de dónde se ha desprendido.
Es mi corazón, es mío.
Dámelo. No sabrás llevarlo en el momento indicado.
No es tuyo, ya te dije, es mío.
1 comentario:
Últimamente no hemos hablado mucho, pero es que siento que al leerte en tu blog, me estás contando al oído secreticos de tu vida y tu día a día. A veces no me hace falta llamarte o escribirte porque te léo y sé que estás bien o estás mal. Pero lo sé. Y lo que hago es reírme contigo en mi mente asocial, darte consejos telepáticos y abrazos cibernéticos, como este abrazo que ahora mismo te mando.
Besos. Siempre a la espera que algún día toques mi intercomunicador y en la camarita nueva que instalaron en mi edificio de shit, te veré y gritaré y saltaré; hasta que me de cuenta de que no te abrí por estar saltando por toda la casa. Luego te abriré.
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